Nuestra mayor riqueza son las personas, quienes se constituyen en el centro del desarrollo que impulsamos, donde buscamos beneficiar a todas y todos a través de una activa participación ciudadana y donde se cumplan los deberes ciudadanos fundamentales y se garantice el respeto, la protección y la promoción de los derechos sociales, económicos y culturales, entregando a las personas la oportunidad de influir en su bienestar presente y futuro en un entorno seguro.

Buscamos ser una región que evoluciona hacia una matriz productiva diversificada, competitiva y sostenible, que atraiga nuevas oportunidades de inversión para los sectores prioritarios con un turismo, como agente impulsor del desarrollo que exalta su patrimonio natural y cultural; con la minería como principal actividad económica regional; con la revitalización de la agricultura y agroindustria y el fomento a la actividad pesquera y portuaria para la seguridad alimentaria; y las energías renovables con su aporte a la transición energética; así como también para impulsar sectores emergentes, apoyados en su conjunto por la investigación, la digitalización, y la innovación constante alineada con la vocación productiva de nuestros territorios. Promovemos espacios inclusivos de formación y empleo para la mejora continua de la cualificación del capital humano que facilite el acceso a un trabajo decente para todas y todos.

Nuestra gestión fundamenta su desarrollo en la armonización entre el impulso de una producción diversificada y competitiva, con la conservación del medio ambiente y el uso sustentable de nuestros recursos naturales, velando por el mejoramiento del bienestar de las personas y manteniendo los equilibrios territoriales, para ello, fomentaremos la infraestructura sostenible y resiliente ante los efectos del cambio climático y demográfico, fortaleciendo las prioridades de sus comunas, maximizando sus oportunidades y minimizando las desigualdades de las zonas urbanas y rurales.

El proyecto de largo plazo que guiará la acción regional, contará con una institucionalidad capaz de unificar y fortalecer las capacidades regionales, a través de una gobernanza efectiva y descentralizada, fortaleciendo la transparencia, el acceso oportuno y ampliamente accesible a la información disponible y la rendición de cuentas que son fundamentales para promover la participación de las y los ciudadanos, la colaboración entre los actores regionales, y para generar confianza para alcanzar una asociatividad público-privada, a nivel macrozona norte, el país y en un contexto de países OCDE.